Misterio, historias de OVNIS y energía en el Cerro Uritorco

Misterio, historias de OVNIS y energía en el Cerro Uritorco: cómo saltó a la fama por la enigmática Huella del Pajarillo

Misterio, historias de OVNIS y energía en el Cerro Uritorco: cómo saltó a

la fama por la enigmática Huella del Pajarillo


Energía, leyendas y luces en el cielo. El Cerro Uritorco cobija

cuarzos y mitos en la localidad de Capilla del Monte, en el Valle de Punilla y, con 1.979 metros, es el pico más alto de la cadena montañosa de las Sierras Chicas de Córdoba.

“El Cerro Uritorco es considerado uno de los centros energéticos más importantes de la Argentina, al que se le atribuyen bondades místicas y curativas, que ya fueron veneradas por los pueblos precolombinos", sostiene Gabriela del Río, secretaria de Turismo y Deporte

de Capilla del Monte.

Y agrega: "La reserva natural que enclaustra la magia y la mística nos propone hoy un espacio de reconexión con los bosques que alimentaron a nuestros ancestros y el contacto con la esencia de la vida”.

¿Por qué es tan especial el Uritorco? Por la presencia de grandes masas de cuarzo, feldespato y otros minerales en el cerro, que fue declarado como una de las 7 maravillas naturales de Córdoba y cuenta con 947 hectáreas.

Con un cielo limpio y poca iluminación artificial, “parece que hubiera más estrellas, y hay quienes afirman haber visto OVNIS. Yo he visto luces, pero no puedo decir si era un fenómeno natural o un objeto volador no identificado”.

La riqueza de su flora y fauna, la energía mineral y los fenómenos que se le atribuyen convierten a la reserva natural del Uritorco en uno de los destinos turísticos más importantes de Córdoba. Y Capilla del Monte conserva la tranquilidad serrana con infraestructura turística.

Para ingresar, los visitantes deben cruzar el río Calabalumba hasta una confitería y, desde allí, se accede al inicio de la senda que recorre sus laderas. Es un camino pedregoso de montaña y se pide la inscripción previa en la base para una mayor seguridad. Ahora sí comienza la

aventura.

Pero advierte: “Las 4 horas de subida al cerro y las 3 horas de bajada no son fáciles. Por eso, se puede vivir al Uritorco como una experiencia, con varias propuestas guiadas. Por ejemplo, una caminata hacia un mirador bajo que incluye una merienda”.

Del Río cuenta que los alojamientos son variados, desde hoteles y cabañas en Capilla hasta un camping en la base del cerro y un glamping a pocos kilómetros.

Y entre las actividades, menciona: trekking diurno y nocturno, opciones de pesca de costa y embarcada, yoga, cabalgatas, avistajes de aves, paseos en los diques Los Alazanes y El Cajón, carreras de montaña, rappel y escalada, y la historia de la famosa Huella del Pajarillo en el Centro de Informes OVNI.

Un cielo con sorpresas

“Aquí puedes disfrutar de un cielo maravilloso, donde es posible encontrarse con uno mismo en medio de la naturaleza. Y de pronto, te puedes encontrar con unas luces que te den una sorpresita”, se ríe Luz Mary López, co-fundadora y coordinadora del Centro de Informes OVNI (CIO), que brinda información a los turistas en Capilla del Monte.

Se trata de una organización sin fines de lucro, dedicada a promover el estudio científico de fenómenos no explicados, dentro de los cuáles se destacan “la aparición de objetos no identificados y la presencia extraterrestre, temas tratados desde el ámbito gubernamental de diferentes países desde los años 70”.

Su tarea consiste en “documentar, difundir y compartir información confiable, acompañando a quienes se interesen por la temática OVNI, desde una perspectiva amplia y científica”.

“Dedicamos nuestros esfuerzos a que el tema sea tratado con seriedad y respeto”, afirma la arquitecta y docente colombiana, que aclara que Luz es un nombre común en su país.

Ella llegó a las Sierras Chicas después de soñar que dibujaba un croquis con un punto: “En el sueño, una amiga me mostraba un libro y abría el mapa de Argentina: el croquis que había dibujado era la provincia de Córdoba y el punto era Capilla del Monte. Cuando me desperté yo

tenía claro que me venía para acá”.

Durante la charla con Clarín, se escuchan pájaros detrás de su voz alegre y, por unos segundos, se corta la señal del celular.

Retoma el contacto: “Me instalé en una casilla rodante en la base del Uritorco, donde vendía pan casero y artesanías".

Cuenta Luz: "Una noche de verano a mediados de los

90, un grupo de chicos turistas y yo empezamos a ver una luz que se movía hacia nosotros. Era como una esfera de tono ámbar, como si fuera la estrella de máxima magnitud…

Entonces dio un giro sobre los árboles, se fue hacia la cima del cerro y desapareció”.

Luz cambia el tono: “Vi luces muchas veces, pero eso no significa que haya visto OVNIS o naves.

Hay gente que habla con falta de compromiso sobre naves nodrizas y hacen un circo con el tema: hay que tener cuidado con los pseudo contactados y los que dicen ser embajadores de los extraterrestres. Eso es faltar a la verdad y es estigmatizar al cerro”.

Ella también hace hincapié en las propiedades de la tierra: “Hay mucho cuarzo, mica,

feldespato y mantos de agua. Todas esas condiciones generan condiciones físicas y energéticas especiales, como si el lugar hiciera Bluetooth con las personas”.

Precisamente, como una respuesta ante la cantidad de visitantes que llegaban al Uritorco atraídos por las historias de avistamientos, Luz López y Jorge Suárez abrieron el CIO en 1998, con fotos y documentación.

La famosa Huella del Pajarillo

“En la noche del 9 de enero de 1986, en una finca cercana a la Sierra del Pajarillo, jugaban a las cartas doña Esperanza, su hermana Sara y el nieto de 12 años, Gabriel. De repente, una potente luz roja iluminó la habitación. Se asomaron y, al ver que se movía sobre los cerros, ordenaron cerrar las ventanas y pensaron que era la ‘luz mala’.", cuenta Luz sobre la historia que le

dio fama al lugar.

Pero el niño se asomó dos veces: "Vio algo parecido a una pelota achatada con

ventanillas, con una luz roja y otra más clarita, además de líneas de luces blancas. Después no lo volvió a ver”.

Entonces relata: “Al día siguiente llegó el tío Manuel Gómez y les comentó haber visto una mancha negra con forma de óvalo en la ladera sureste del Pajarillo.

La huella de los pastos quemados medía 70 por 120 metros, y estaba en el mismo lugar donde habían visto las luces".

"A esto se le llama la primera fase, ya que en agosto de 1987 tuvo lugar la segunda fase: se incendió toda la sierra y el fuego no ingresó a la huella, aunque ya había crecido la vegetación”, asegura.

Luz también relata que mucha gente del pueblo vio en 1988 “una luz que giraba como un carrusel en el cerro Overo, y al otro día apareció una mancha de 40 metros cerca del dique Los Alazanes. Más allá de estas huellas, lo más común es el avistamiento de luces de diferentes tamaños y colores, a cualquier hora y todo el año”.